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Llegada a la playa
Natalie estaba confusa, pero intrigada al mismo tiempo. Eso significaba que sólo había una cosa que hacer. Cogió el coche y se dirigió a la playa. Al salir del coche, Natalie ya se dio cuenta de por qué la habían invitado. Era un espectáculo digno de contemplar. Y Natalie sólo pudo sonreír.