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Sonrisa falsa
El notario respondió con una sonrisa falsa. Y estaba claro que mantenía el descontento por la actitud de Miranda. “Todo se aclarará en esta dirección”, respondió, entregándole el papelito con las coordenadas escritas a mano. “Tu marido tenía… formas únicas de expresar sus deseos. Sería prudente seguirlos”