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Sin saber qué hacer
Una cosa era segura. Aquella cáscara distaba mucho de estar vacía. Y Calvin se encontró en una situación en la que no sabía qué hacer. Cuando se asomó al interior, encontró un gran ojo que le devolvía la mirada. Mientras yacía en el suelo, seguía viendo que el ojo se movía. “¿Qué demonios es eso?”