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De incógnito
Entró en el gran almacén lleno de latas de sopa y otros productos con una gorra de béisbol y una sudadera con capucha que le cubrían la mayor parte de la cara. No se sentía cómodo allí. Así que prefirió ir de incógnito. Pero eso no impidió que una persona en particular gritara su nombre al final de la cola.