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Todo lo contrario
Y entonces llegó el día que cambiaría su vida para siempre. A Barnard sólo le quedaban unos pocos dólares y ahora se veía obligado a acudir a un banco de alimentos. Era un duro contraste con la vida que conocía. El lugar era casi completamente opuesto al ambiente del restaurante donde su vida tomó un rumbo equivocado.