Advertisement
Aceptó su ayuda
Y entonces tendió su propia mano y agradeció a John toda su ayuda. “Tienes buen corazón, señor, y al final Dios te recompensará”, dijo el anciano sonriendo. El anciano se alegró de que su perro tuviera un lugar seguro donde recuperarse. Pero eso no fue todo lo que hizo John.