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¿Puedo compararla?
Tuvo que mirarla más de cerca. Le explicó a Amy por qué estaba distante en el coche, por qué le rondaba por la cabeza el pensamiento de la marca de nacimiento. Amy comprendió y extendió el brazo para que Natalie pudiera mirarla más de cerca. “¿Puedo comparar la mía con la tuya?” Preguntó Natalie.