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Emoción creciente
La vida en Dublín seguía su curso habitual, la ciudad bullía de energía y vitalidad, completamente ajena al torbellino de emociones y expectativas que se estaba gestando en el hogar de los O’Leary. La fecha del parto de Margaret se acercaba rápidamente, y tanto ella como Sean estaban preparados para dar la bienvenida al mundo a sus gemelos. Era un momento emocionante, y la excitación crecía más y más cada día.
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